Economia circular ropa usada

Entorno de segunda mano
Nuestro enfoque circularDurante décadas, nuestra industria ha funcionado de forma lineal: tomar, fabricar y desperdiciar. En el Grupo H&M nos hemos comprometido a cambiar a un sistema circular que utilice los recursos de forma responsable. Aún queda mucho camino por recorrer -para toda la industria- y reconocemos la necesidad de un cambio a nivel de sistema. Nuestro enfoque se ajusta a la definición de economía circular de la Fundación Ellen MacArthur (EMF), que se centra en tres principios clave:
Un ecosistema circularNuestro enfoque circular se centra en tres áreas interconectadas que abarcan nuestros productos y servicios, la cadena de suministro y los bienes no comerciales, como envases e interiores de tiendas, oficinas y centros de distribución.
Basado en la cienciaFinanciamos un informe para estudiar cómo la circularidad podría ayudar a la industria de la moda a operar de una manera que mantenga nuestro planeta dentro de límites seguros. El Centro de Resiliencia de Estocolmo trabajó con la CEM en la investigación que dio como resultado una lista de seis objetivos para una industria textil sostenible. Utilizaremos estos objetivos como guía para fijar nuestros objetivos y planes, y compartiremos los resultados con la industria de la moda en general.
¿Cuál es un ejemplo de economía circular en la moda?
En una economía circular de la moda, la ropa se utiliza más a menudo, lo que permite aprovechar plenamente su valor. Una vez que la ropa ya no se puede utilizar, su reciclaje en prendas nuevas permite capturar el valor de los materiales a distintos niveles.
¿Es Zara economía circular?
AVANZAMOS HACIA UN MODELO DE ECONOMÍA CIRCULAR PARA PERMITIR UN CICLO DE VIDA MÁS LARGO DE NUESTROS PRODUCTOS, EMPEZANDO POR LA FORMA EN QUE TRABAJAMOS EN EL PROCESO DE DISEÑO Y PRODUCCIÓN, Y A TRAVÉS DE NUESTROS PROGRAMAS DE REPARACIÓN, REVENTA Y DONACIÓN. NUESTROS COMPROMISOS NO PUEDEN ALCANZARSE SOLOS.
Moda de economía circular
Las tiendas de ropa de segunda mano no son nada nuevo. Sin embargo, algo ha cambiado en los modelos de consumo. Hay una nueva percepción de las prendas de segunda mano. Lo que antes era "de segunda mano" es ahora una opción "smart & cool", especialmente para las nuevas generaciones, desde los Millennials a los Zoomers. La combinación de la nueva percepción con la era de las tecnologías digitales, el comercio electrónico y las plataformas peer-to-peer hicieron el resto, generando un crecimiento vertiginoso del mercado.
Un estudio realizado por Vestiaire Collective, una de las principales plataformas de ropa de segunda mano con 11 millones de usuarios registrados en 80 países, y el Boston Consulting Group estimó el valor del mercado de la moda de segunda mano en 40.000 millones de dólares en todo el mundo. La previsión de crecimiento medio en los próximos años es del 15% -20% anual, una aceleración que inflará el valor del mercado hasta unos 75.000 millones de dólares en 2025, con un crecimiento más sostenido en los países de renta alta.
El estudio del BCG analiza también las motivaciones de compra. La noticia es que para una parte muy elevada de los consumidores, la principal razón para comprar en los canales de segunda mano es encontrar artículos únicos y una amplia variedad de estilos y marcas, más amplia que en los canales de prendas nuevas. Sigue habiendo una parte de consumidores que buscan en la segunda mano gangas y compran artículos que de otro modo se saldrían de su presupuesto. Por último, una minoría, aunque no pequeña, se acerca a la segunda mano principalmente por conciencia medioambiental.
Producción de economía circular
La economía circular es alabada como la respuesta a muchos de nuestros problemas globales, pero ¿qué significa esto para nuestra ropa? "Es una nueva forma de ver la industria de la moda. Todas las industrias deben tener en cuenta su impacto en el planeta. La realidad es que hay alternativas muy interesantes".
Empezamos a comprender el impacto social y medioambiental de la sobreproducción y el consumo de nuestra ropa. Con más de 100.000 millones de prendas producidas al año, y un consumo que se prevé que aumente un 63% de aquí a 2030, seguir como hasta ahora supondría triplicar el consumo actual de los recursos del planeta, ya sobreexplotados. En toda la industria, sólo el 13% de los productos textiles se reciclan de algún modo tras su uso como prendas de vestir. La mayor parte se destina al mercado de segunda mano, y menos del 1% se recicla en prendas nuevas, lo que supone una pérdida de materiales de más de 100.000 millones de dólares al año. El 85% de los 53 millones de toneladas de productos textiles que se producen cada año acaban en vertederos o incinerados. Más información sobre el impacto de la moda aquí. Para seguir sobreviviendo, por no decir vivita y coleando, la industria de la moda tiene que cambiar radicalmente, y el rediseño de su modelo operativo a través de la circularidad desempeña un papel clave. RECICLAJE DE TELA EN MUD JEANS¿Qué es la moda circular?
Industria textil de economía circular
Los textiles forman parte de nuestra vida cotidiana y de nuestra sociedad desde hace mucho tiempo, con diversos productos que van desde la moda y la confección hasta los artículos sanitarios, los tejidos industriales y la tapicería de los automóviles. En la actualidad, la industria de la moda está valorada en 1,3 billones de dólares y da empleo a más de 300 millones de personas en todo el mundo.
Sin embargo, el uso significativo de sustancias químicas tóxicas y recursos limitados por parte del sector, así como cuestiones como la protección inadecuada de los trabajadores de la confección, son objeto de un escrutinio cada vez mayor. Hay miles de millones de productos que se tiran a la basura, ya sea sin vender en almacenes o tiendas, sin usar en armarios o desechados cuando aún están en buenas condiciones. Urge una transformación.
Cada año se tira ropa que aún está en buen estado. Se calcula que el valor de estos artículos desechados asciende a 460.000 millones de dólares. Tendencias como la moda rápida producen grandes volúmenes de artículos de moda de baja calidad que a menudo se utilizan durante poco tiempo y son difíciles de reciclar. Si se duplicara el número medio de veces que se usa una prenda, las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del sector textil serían un 44% menores.